domingo, mayo 14, 2006

Hombres de Blanco.


Despertó de pronto. No entendía por qué debía ponerse ese traje blanco, ni por qué debía esconder su cara tras esa máscara puntiaguda. Seguía a pie la procesión de jinetes encapuchados. La luz de sus antorchas iluminaba la noche sin estrellas. Escuchó que desde ese día, pertenecía a algo así como un concejo. Le llamaban el clan. Era su noche de iniciación. Cuando fuera el momento el gran sacerdote le daría instrucciones.
“Debo estar soñando”, pensó. Siguieron por un sinuoso camino. La caravana de pronto se detuvo. Varios jinetes desmontaron y empezaron a clavar unos maderos en forma de cruz y les prendieron fuego. A lo lejos se escuchaban cánticos y alabanzas. Eran voces de niños. No podía ver de dónde provenían pues le tapaban la vista los demás encapuchados. De pronto todos se abrieron para darle paso al sacerdote mayor que empuñaba una antorcha.
—¡Préndele fuego a su iglesia y mándalos al infierno!—gritó
Quiso despertar. Ya tenía suficiente con ese sueño. Pero no pudo. Avanzó entre aquellos hombres que se ocultaban tras ese ropaje. Podía leer en sus ojos un odio inconmensurable. Ahora no tenía voluntad sobre su cuerpo. Corrió hacia la pequeña casita de madera y lanzó la antorcha.
Todo se inundó de fuego. Adentro, gritos desgarradores. El llanto de los inocentes. El olor a carne quemada llenó sus fosas nasales. Escuchó una voz que le pedía regresar a la cuenta de tres. Uno, dos, tres.
Despertó. Una luz lo cegó por un momento. Frente a él, cámaras de TV y cientos de personas que no dejaban de mirarlo. Un hombre de barba y una mujer rubia con un micrófono lo veían con la boca abierta.
—Señoras y señores. Ustedes lo han visto y escuchado en éste su programa “Vidas pasadas”. El señor fue miembro del Ku Kux Klan en su vida anterior. Fue uno de los que asesinaron brutalmente a cuarenta y cinco niños de nuestra comunidad—dijo la mujer.
—Pero…yo…no sé de que hablan—dijo el hombre que miraba acercarse a él a la multitud.
La transmisión se interrumpió. El programa fue cancelado. Un hombre fue linchado.

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